martes, 6 de noviembre de 2012

Capitulo 2: El comienzo de una nueva vida

   No podía imaginar que aquella noche sería la última vez que vería su casa en medio de la naturaleza donde se encontraba en paz consigo mismo. Me llamo Mizuiro y soy un honorable guerrero shinobi* entrenado en las formas menos ortodoxas de hacer la guerra, pero llevo 10 años sin ejercer el oficio. Los árboles que rodeaban mi casa nos ofrecían una suave y sutil visión de las hojas flotando en el aire que me proporcionaba una sensación de inseguridad y miedo que nunca hasta el momento había vivido. Aquel riachuelo en el que me sentaba a meditar y a fusionarme con la naturaleza ahora se ha convertido en el motivo para vengarse por aquellos que me han llevado a esta situación, pero nunca mas podré volver a verlo puesto que ahora ese sacro lugar se ha convertido en la guarida de un kappa cuyo único objetivo era encontrar mi shirikodama* para saciar sus depravados apetitos. Mi mujer se haya muerta por culpa de esta horrible criatura con caparazón de tortuga, manos y pies palmeadas y una cabeza con un pico afilado por boca y una flor en la cabeza parecida a una corona. Nada podría ir a peor pero la noche aún es joven. Desterrado de mi propia casa y marcado de por vida por la muerte de sus familiares no podía hacer otra cosa mas que correr sin mirar atrás.

   A la mañana siguiente, abrió los ojos y se encontró con la visión de una población bulliciosa. Al pasar un pobre aldeano por al lado suyo le preguntó:
   - ¿Donde diablos me encuentro, oyabun*?
A lo cual le contestó con miedo debido a su aspecto:
   - Se encuentra en la ciudad de Tomizume, desconocido-kun. - Y añadió - Bueno, me voy rápidamente porque tengo que llevar el sustento a mi familia. Dijo el oyabun con gesto de tener mucha prisa

   En ese momento me di cuenta de que toda mi vida se había ido a al traste porque ni mi pobre casa, ni mi familia estaba en mi vida, pero no podía rendirme. Rendirme es una palabra que no podría seguir en mi vocabulario si lo que de verdad deseaba en este mundo era vengar la muerte de mi familia, de no ser así caería en la mas absoluta deshonra y no podría volver a mirarme en un espejo. Pero, sin dinero ni sitio donde cobijarme, no sabia que hacer así que me fui a dar un paseo.

   En el transcurso de mi paseo por las cochambrosas calles de los barrios marginales de Tomizume pude observar que todo lo que reluce ni es oro ni tiene por que ser bonito. Lo único que se podía vislumbrar en aquel momento eran mendigos pidiendo pan para su familia - pobres gentes - y despojos humanos con mala pinta y repleta de tatuajes y cicatrices haciendo gala de la bravuconada local - ahora entiendo que mi aislamiento en el bosque había sido lo mejor que podía haber hecho -. Sentía lastima de ellos por tener que vivir así en estas condiciones y puede que pensara en mentar a la madre meretriz del señor feudal de la zona por permitir que sus habitantes viviesen así.

   Seguí caminando hasta ver como de repente la luz surgía de aquel oscuro barrio y me encontré con la que es posiblemente la imagen mas bonita que había visto en mi vida. Era un bello lago con un hermoso altar levantado en medio del lago, que estaba teñido de un color rojo anaranjado intenso que cautivó mi alma. En ese preciso instante decidí vivir de la naturaleza y lo que me proporcionase el lago para subsistir, pues seguramente fuera - y puedo asegurar que fue - la mejor decisión que podría haber tomado en aquel momento. Comenzó a anochecer y decidí que era hora de hospedarme en algún lugar para poder pernoctar y de paso saciar mi hambre. Gracias a los kami que encontré una casona antigua donde se podía ver un cochambroso cartel que ponía: " vendemos tofu* y hospedamos a cansados viajeros". No se si habré mencionado que el Tofu es mi comida favorita dentro de la escasa gama de alimentos que consumo, puesto que aunque no lo he dicho soy ovolactovegetariano o lo que viene a ser "ese tipo raro al que todo el mundo mira por no comer carne ni pescado y se alimenta de comida de caracoles, huevos y quesito".

   Entré en esa casona y me encontré al señor con el que me había encontrado esta misma mañana. Con gesto irreverente me dijo:
   - ¿Tú otra vez? Si lo que buscas es que te dé una visita guiada es demasiado tarde. Vuelve mañana.
   Su mujer, al ver la manera con la que me había hablado, le soltó un capón a modo de correctivo y me dijo:
   - Disculpe a mi marido. Es un viejo cascarrabias que no hace mas que quejarse de todo, pero en realidad cuando lo conoces es muy simpatico. Bueno... - prosiguió - ¿que desea usted, Ryokou-sha-san (viajero-san) ?
   Ante lo cual, yo le respondí sin perder el tiempo:
   - Busco cobijo y un poco de ese delicioso tofu que seguro que prepara usted. Esa afirmación hizo que se me encogiera el pecho y empezara a rugirme las tripas, puesto que aunque no quería acordarme hacía ya dos días que no comía nada.
   - No se preocupe por el dinero. Veo que tiene hambre así que hoy invita la casa. Por favor, entre y acomódese en el poco espacio que tenemos mientras yo le traigo la comida, porque un hombre con el estomago vacío se convierte en un niño pequeño e inútil  - Dijo la mujer mientras ponía buen rostro y esbozaba en su faz una carcajada debido al ruido de mis tripas -.

   En el rato que tardó en servirme la comida estuve hablando con el buen señor y me contó una gran gama de información sobre ellos - casi que le faltó enseñarme un lunar que tenía en la nalga izquierda -. Me contó que él se llamaba Shinsuke y que su bella esposa se llamaba Sakura, aunque como el me dijo, a ella la llamó cuando la conoció Akemi-oneesama, que significa algo así como mujer hermosa, todo dicho desde la mas solemne admiración y respeto. Justo después de que el hombre acabara de contarme toda su historia y el largo noviazgo que tuvo con su esposa llego Sakura-sama con un gran puchero repleto de tofu que tenía una pinta insuperable.

   Entre sake* y tofu gozamos de un grandioso banquete digno del emperador - puede que lo este exagerando un poco, pero es que tenia mucha hambre - y, a continuación, debido a la cantidad de alcohol ingerido decidimos irnos a dormir y acabar ya esa buena noche. A la mañana siguiente después de desayunar copiosamente decidí marcharme para no incurrir en abusar de su buena hospitalidad y me fui a dar un paseo. Mi mirada se detuvo de nuevo en aquel lago que había observado la noche anterior y como no podía permitirme una ofrenda a ningún kami decidí ponerme a rezar delante del templete que se encontraba en medio del lago, que gracias a los kami no cubría mucho.

   Después de haber realizado mis plegarias y oraciones, salí del lago y me quedé tendido esperando a ver si se me secaba la ropa. Una vez que ya juzgué que estaba seca, me la puse y proseguí con mi paseo. En eso que iba pensando en mis cosas y observé una irregularidad, - no podía ser - era una pelea callejera. Decidí acercarme para ver que se cocía por allí y me encontré con una casa de apuestas en la que los luchadores combatían hasta el K.O. a cambio de un dinero extraído del porcentaje de las apuestas. Sin saber cómo me encontré dentro de aquel círculo de combate y mi oponente, un hombre de grandes proporciones con cara de pocos amigos que solo quería matarme. En ese momento pensé:
   - Oh, espera un momento, yo era asesino profesional. Este "hombrecito" no me durará ni 2 minutos. (Ahora que lo pienso creo que soy un poco bravucón, pero que se le va a hacer)

   El hombretón empezó haciendo gala de su inmensa musculatura y ridiculizando mi endeble forma física (que nadie se engañe, si en ese momento no le partí el cuello fue porque ni había calentado). Empezó a lanzarme contundentes puñetazos que creo que podrían romper una pared de hormigón si se lo propusiese, pero que sea fuerte no quiere decir que sea rápido, yo era mucho mas rápido que él, veía como sus golpes se acercaban a mí lentamente y bueno después de 2 minutos (justo como había prometido) le pegue un golpe en la boca del estómago con el que lo dejé en el suelo sin respiración hasta que el arbitro del combate me declaró vencedor.

   Después del combate, un hombre me llevó a la trastienda y me dio mi parte de las ganancias. La suma en cuestión ascendía a unas 100 kobans* con lo que podría sobrevivir durante un par de meses. Volví a la posada donde tan amablemente me habían acogido y les pagué lo que les debía más una estancia de 1 mes que me costó 25 kobans. Por ahora todo parecía marchar sobre ruedas.


*Shinobi: eran un grupo militar de mercenarios entrenados especialmente en formas no ortodoxas de hacer la guerra, en las que se incluía el asesinato, espionaje, sabotaje, reconocimiento y guerra de guerrillas, con el afán de desestabilizar al ejército enemigo, obtener información vital de la posición de sus tropas o lograr una ventaja importante que pudiera ser decisiva en el campo de batalla.
*Shirikodama: se trata de una especie de bola que se encuentra dentro del ano, posiblemente referida a la próstata
*Oyabun: significa padre en japonés, aunque también se utiliza para hablar de una persona muy mayor.
*Tofu: es una comida oriental.Sus ingredientes son semilla de soja, agua y solidificante o coagulante. Se prepara mediante la coagulación de la llamada “leche de soja”.
*Sake: es una palabra japonesa que significa "bebida alcohólica", sin embargo en los países occidentales se refiere a un tipo de bebida alcohólica japonesa preparada de una infusión hecha a partir del arroz.
*Koban: era una moneda japonesa ovalada de oro, de tamaño menor que el ōban, que estuvo en curso durante el Periodo Edo. Se acuñó por primera vez alrededor del año 1601 con el valor de 1 ryō (otra antigua unidad monetaria japonesa). Formaba parte del sistema monetario Tokugawa.